Mägo de Oz denuncia que usaron drogas y dinero para involucrarlos en delitos
La banda española de rock Mägo de Oz denuncia que en Bolivia se utilizaron drogas y dinero para intentar involucrarlos en delitos mayores a su paso por el país.
En el video, los miembros de la banda y el equipo técnico de soporte cuentan con lujo de detalles lo que vivieron en su última visita a Bolivia.
Página Siete intentó obtener la versión del promotor Gustavo Tobar, sin embargo, éste respondió de manera ruda y lanzó amenazas contra este medio.
Además indicó que interpondrá una demanda contra el medio por no buscar su contraparte en anteriores publicaciones, a pesar de que su versión si fue buscada y publicada.
“En ningún momento hubo la intención de poner los medios técnicos necesarios para hacer un buen show”, relata el técnico Luismi García.
De acuerdo con el sonidista, los problemas empezaron incluso antes de aterrizar en el país, ya que el promotor Gustavo Tobar no respondía a las consultas del equipo técnico sobre los equipos que se utilizarían en Santa Cruz, La Paz y Potosí.
“En Santa Cruz hemos tocado porque no queríamos comenzar mal nuestra gira, porque hasta las 19:00 horas los equipos no habían llegado y las puertas se abrían a las 20:00”, agrega Jesús María Hernandez Txus.
Luego, al llegar a La Paz, la banda se percató de que los equipos indispensables para la realización del concierto sinfónico –dos consolas especiales– no habían llegado al país, además señalaron que el escenario no tenía espacio para albergar a la banda, los 60 músicos de la orquesta y el coro de 20 personas.
El 8 de junio, la agrupación debía presentarse en el Teatro al Aire Libre de La Paz con su show sinfónico Diabulus in Opera , sin embargo, horas antes de la presentación anunció en su página web que este formato –que requiere de una orquesta sinfónica y un coro– era imposible de realizarse, debido a que la productora no había cumplido con los requerimientos técnicos para el mismo.
En cambio, la banda presentó el show 30 aniversario, aunque el mismo fue suspendido luego de cinco canciones por la copiosa lluvia que cayó sobre la ciudad.
“Al momento de cambiar el show, el promotor cambió los equipos que había por otros de peor calidad, creemos que para ahorrar dinero”, acota García.
Por su parte, la road manager de la banda, Lydia Ivonne Cruz, señaló que se le ofreció dinero para que la banda continúe con las presentaciones previstas en el país y que luego intentaron tomarle fotografías con él.
“Luego del show del viernes el vocalista Javier Domínguez Zeta se sintió mal debido a una bronquitis, agravada por la lluvia y las bajas temperaturas, entonces se llama a un médico que lo examina y firma un certificado médico, Tobar rechaza este documento y dice: “es falso”. El sábado por la mañana me llama y me pide que nos reunamos para negociar una salida y en su lugar me recibe Enrique Mendoza, quien dice que es socio de Tobar y me pone delante una cantidad de dinero, pidiéndome que se lo ofrezca a los chicos de Mägo de Oz para realizar el show en Potosí, a lo que me niego porque no se trataba de una cuestión de dinero sino de salud, ellos insisten y luego entran entre cinco y siete policías que intentan tomarme una foto con el dinero y me llevan detenida a la FELCC”, resume en el video.
Carlos Prieto Guijarro Mohamed relata por su parte que antes de ser detenida recibe un mensaje de Cruz en el cual le alerta de su detención.
“Cuando recibo el mensaje llamo a España para preguntar qué hacer y nuestro manager nos indica que nos pongamos en contacto con la Embajada, en el momento que bajo al lobby para hacer la llamada me detienen a mi sin decirme por qué y me llevan a la FELCC”.
De acuerdo con Prieto Guijarro, la Policía no lo dejó llamar a la Embajada ni ponerse en contacto con un abogado y luego de un rato quejándose lo llevan a un cuarto donde una persona con chamarra roja pone una bolsa de un polvo blanco sobre la mesa y le dice que se le cayó en el auto en el que venía.
“Yo les digo que eso no es mío y que yo llegué en el auto en el que la Policía me trajo y después de protestar un rato me dicen que si no me calmo tendría más problemas y ponen la bolsa a un lado”, relata.
Luego de eso llevan al músico esposado a una celda común y no le dejan comunicarse con el resto de su banda, ni con representantes consulares. “Fue una situación indignante y vejatoria. En ningún momento me dijeron por qué estaba allí”, agrega.
Hernández cuenta una situación similar respecto a su detención. “Yo bajé al lobby a ver qué estaba sucediendo y me detuvieron allí unos policías que se negaron a decirme por qué. Yo los acompañé porque pensé que querían tomarme mis declaraciones y que era algo de rutina, pero al llegar a la FELCC me doy cuenta que nos encerraban.
El baterista de la banda española relata que al llegar al recinto policial se le tomaron las huellas digitales y fotografías de frente y de perfil, para luego ser encerrado junto a sus compañeros en una celda común.
“Más allá de estar encerrados, la Policía nos tomó las huellas varias veces y nos sacaba de la celda esposados para que la prensa pueda vernos, en esos momentos veíamos a Tobar acompañado de los policías sonriendo al vernos pasar”, agrega.
Luego de aproximadamente ocho horas de reclusión, la abogada contratada por el Consulado de España en La Paz se acerca a Hernández y le presenta un documento en el cual decía que la banda debía pagarle 50.000 dólares al promotor y ofrecer un show gratuito la noche del domingo para resolver el problema y le pide que lo firme.
“Yo me negué en un principio, pero la abogada me explicó que ella podía sacarnos a mí y a Moha (Prieto Guijarro) sin mucho problema, pero que Ivonne (Cruz) estaba acusada de extorsión y fraude, por lo que podía permanecer presa por mucho tiempo, así que firme sin pensarlo más”, explica el baterista y líder de la banda.
Luego de ser liberados, Hernández cuenta que recibieron llamadas anónimas en las cuales se les advertía de tener cuidado y revisar bien sus equipajes ya que alguien podría haberles plantado drogas en las maletas o los equipos que llevaban.
Fuente: Página Siete
Fuente: Página Siete
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