La fiesta de Kiss.
Es sólo rock and roll y nos gusta. La trillada frase (adaptada) que inmortalizaron los Rolling Stones explica de manera precisa lo que significa un show de Kiss. No existe banda en el mundo que entienda de manera tan perfecta el concepto de entretener y brindar un espectáculo en un recital que la comandada por Paul Stanley y Gene Simmons. Por eso es que después de casi tres años y medio, regresaron a Buenos Aires con un disco nuevo y la parafernalia necesaria –y más también- para no defraudar.
Es tan fuerte ese concepto de entretenimiento y celebración que hasta da la sensación que Stanley casi se disculpa a la hora de introducir un tema de Monster. Es que su vigésimo álbum de estudio apenas tiene un mes en la calle y probablemente varios de los 50 mil espectadores que dieron el presente en River recién tenían su primer encuentro con el flamante material en el estadio. De todas maneras, Hell or Hallelujah o Wall of Sound seguramente quedarán en el hitero setlist kissero una vez que finalice la gira presentación del disco.

Enseguida comenzó a sonar otro clásico: Shout It Out Loud, ya sin pirotécnia –sólo por ahora porque regresaría en varias oportunidades- pero con una pantalla tremenda que ocupada toda la pared del fondo del escenario con una definición de lujo que intercaló durante todo el concierto imágenes en vivo con otras especialmente producidas para la ocasión. Como en Hotter Than Hell que literalmente se prende todo fuego y Gene Simmons se luce con su bajo detonado y termina la versión con un antorcha y lanzando una llamarada por su boca. El primer tramo del show intercaló algunas de Monster como Outta This World, cantada por el guitarrista Tommy Thayer (le festejaron el cumpleaños y dos veces le cantaron el Happy Birthday) o Long Way Donw con los clásicos de siempre.
No hace falta decir que Simmons y Stanley son las figuras estelares de la noche, pero también permiten que los nuevitos tengan su espacio para que se luzcan en solitario y los viejitos tomen un respiro, se sequen el sudor, retoquen el maquillaje y encaren la parte más caliente del show. Eric Singer ocupa la voz principal en All for the Love of Rock & Roll y junto a Tommy se despachan en una zappada memorable en la que terminan ambos en lo más alto observando todo desde dos tarimas. Por su puesto que no faltó la lengua chorreada de sangre de Gene en God of Thunder, un clásico del rock mundial, como también su elevación a través de un arnés hasta las estructuras de luces. A diferencia del 2009, esta vez salió redondo el vuelo de Paul desde el escenario hasta el mangrullo para cantar “cerca de ustedes”, según dijo. Stanley puede pecar de demagogo por momentos o charlatán, pero es indiscutible su condición de showman.
El inicio del final comenzó con la sucesión de clásicos imbatibles como Psycho Circus, la festejada Love Gun, Calling Dr. Love y la última antes de los bieses: Black Diamond. La trilogía final, las infaltables, las que todos fueron a ver, llegaron una tras otra: Lick It Up, I Was Made for Lovin’ You y Rock and Roll All Nite coronaron la fiesta total de Kiss que terminó varios minutos después que los músicos dejaran el escenario con una suelta de fuegos artificiales descomunal.
Lista de temas: Detroit Rock City l Shout It Out Loud l Hell or Hallelujah l Wall of Sound l Hotter Than Hell l All for the Love of Rock & Roll l I Love It Loud l Outta This World l War Machine l Long Way Down l God of Thunder l Psycho Circus l Love Gun l Calling Dr. Love l Black Diamond. Bises: Lick It Up l I Was Made for Lovin’ You l Rock and Roll All Nite
Pablo Zinola
Fotos: José Luis García
Fotos: José Luis García
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