Green Day: Uno.

Seguramente podamos hacer una crítica de la trilogía de Green Day una vez que tengamos a todos sus componentes. Mientras tanto, vamos a ir dando el veredicto de lo que nos parece cada CD por separado.

¡Uno! arranca bastante bien, Nuclear Family tiene potencia y funciona como primer acercamiento para este nuevo trabajo. Cumple con su función, la de invitarte a seguir escuchando. Se trata de un tema con sonidos típicos de esta banda punk, que nos remiten a la primera época del trío; allá por los ’90 cuando nos dejaban a todos con la boca abierta con Kerplunk! y Dookie.

La cosa sigue con Stay the Night y Carpe Diem, dos temas bastante buenos pero sin la potencia del primer track del álbum. Todo mejora con Let Yourself Go, al que podemos agrupar en la misma columna que Nuclear Family. Por algo cuando la banda decidió lanzar esta canción como corte del álbum fue el mejor recibido por los fans. Tiene eso que invita a volver a escucharlo cuando termina de sonar. En esa misma podríamos acomodar a Oh Love, que aunque no se parece mucho a sus predecesores, tiene ese no se qué. A esta altura todo el mundo la escuchó y sabe de lo que estamos hablando. Con un tiempo bastante más lento que el resto de los temas de este álbum, el último track del ¡Uno! logra una contundencia más que interesante.

El listado de canciones que no suman ni restan al trabajo son varias. Feel for You, Loss of Control, Rusty James,Angel Blue y Sweet 16 son de esas que parecen un poco de relleno. Y por último están los no rotundos. Esos temas que al escucharlos no queda otra que preguntarse ‘¿Qué necesidad?’. Ahí entran Kill the DJ -que tal vez sea la peor canción del álbum- y Trouble Maker que parece robada de una banda de brit pop.

Una gran duda que se va a despejar recién cuando salga ¡Tré! es si era necesaria la trilogía o si en vez de lanzar estos trabajos podrían haber acumulado las mejores canciones en un solo álbum que fuera impecable.