Una noche de los noventa

Si existía alguna duda de cómo iba a estar el recital de Stone Temple Pilots, correspondía principalmente al estado del impredecible Scott Weiland. Si él tenía una buena noche, había garantías de gran show. Y así fue. Porque el cantante estuvo impecable, la banda sonó muy poderosa y la tremenda lista de dieciocho canciones coronaron una presentación con muchos recuerdos a los noventa.
Fueron apenas tres temas de Stone Temple Pilots, el álbum homónimo que lanzaron en mayo tras un parate de siete años y después un furioso repaso por buena parte de lo mejor de su carrera. El inicio arrollador con Crackerman y Wicked Garden dos del primer disco y el clásico Vasoline iniciaron el derrotero e indicaron por dónde iba a venir la cosa.
Fueron apenas tres temas de Stone Temple Pilots, el álbum homónimo que lanzaron en mayo tras un parate de siete años y después un furioso repaso por buena parte de lo mejor de su carrera. El inicio arrollador con Crackerman y Wicked Garden dos del primer disco y el clásico Vasoline iniciaron el derrotero e indicaron por dónde iba a venir la cosa.
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